martes, 4 de febrero de 2014

LOS REYES MAGOS, EL AYUNTAMIENTO, EL PUEBLO Y EL BELÉN VIVIENTE DE RIOSECO, VISITAN NUESTRO MONASTERIO

        Con ocasión de las pasadas Navidades: los Reyes Magos, el Excelentísimo Ayuntamiento, el Pueblo y el Belén Viviente que allí se monta, acudieron a realizar una visita de reconocimiento y gratitud a las hermanas de nuestro Monasterio. La visita tuvo lugar en el locutorio del Monasterio en el que se encontraban todas las religiosas de la Comunidad y el dialogo que se mantuvo entre unos y otros fue muy distendido, muy sincero, muy fraterno y muy festivo, mientras la emoción y la alegría franciscana embargaba el corazón de cuantos allí nos encontrábamos y se reflejaba en sus  rostros.  Durante el  mismo, el gran poeta, D. José González Torices, en medio de un silencio expectante, leyó esta carta-soneto, DEL NIÑO DE BELÉN A LOS REYES MAGOS  para las hermanas pobres de Santa Clara:
Pasad por su convento franciscano
la noche de los niños de Medina,
donde nieva el candor sueños de harina
y espiga el villancico en cada mano.
Cabalgad por el aire más temprano
que lleva en su cantar la golondrina;
allí están las hermanas, luz divina,
la sonrisa de un Dios siempre cercano.
Decidles, mis queridos Reyes Magos,
que recen por los niños y sus penas,
la guerra y el dolor sin mariposas.
Dejad en su oración tantos estragos,
pues ellas migarán estas cadenas
hasta hacerlas de paz, de paz y rosas
y, a su conclusión, un estruendoso aplauso fue el magistral colofón a la lectura del mismo.
    Fue un acto muy hermoso y  una prueba más del cariño y afecto que los habitantes de la noble Ciudad de los Almirantes sienten por las hermanas de nuestro Monasterio, por eu ejemplar comportamiento, por su entrega generosa en pro de nuestro pueblo, por la sencillez y dulzura que siempre rezuma su vida y la vivencia comprometida de una pobreza franciscana que continuamente ellas ponen de manifiesto con su vida y forma de proceder
    Adjunto se ofrece una fotografía del acto y otra donde la Madre Abadesa y la Vicaria acompañan al Niño Jesús que presidía su Belén; y mi deseo más sincero es que, actos como el que acabo de relatar, se repitan cada año en todos los monasterios para gloria del Señor y hermoso reconocimiento a las religiosas que los habitan.
                                                                                        Fray Bernardino Román, Cronista