INICIACIÓN EN NUESTRO MONASTERIO A LA
VIDA RELIGIOSA DE LAS JOVENES TANZANAS: PRISCA ROMÁN Y JANETH RAYMONDI
El Domingo día 17 de junio, a las 18 horas, en la iglesia
conventual de nuestro Monasterio se celebró una solemne Eucaristía, al final de
la cual, tuvo lugar la VESTICIÓN,
INICIACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA CLARIANA y PRINCIPIO DEL NOVICIADO de las
dos jóvenes Tanzanas: PRISCA ROMÁN y JANETH RAYMONDI.
Esta
Eucaristía fue presidida por el religioso franciscano conventual, Fray
Bernardino Román, confesor de la Comunidad y fue concelebrada: por otros dos
religiosos franciscanos conventuales, el párroco de la ciudad y el franciscano
Fray Modesto, que es el delegado de las religiosas Clarisas; y, además, asistió
como turiferario, el Seminarista que presta sus servicios en el equipo
sacerdotal que atiende a esta ciudad de los Almirantes. La ceremonia fue
preparada con esmero y delicadeza y con ella se imprimieron unos cuadernillos,
a color, que fueron repartidos entre todos los asistentes para que la pudieran
seguir con atención y que ellos llevaron
como grato recuerdo de la misma
En
el altar que estaba ricamente engalanado, además, del Ministro Celebrante y de
los concelebrantes, se colocaron, a la derecha del mismo, las dos jóvenes
tanzanas ataviadas como novias, acompañadas por la Madre Abadesa y la Madre
Maestra de Novicias; y el coro de la comunidad recreó sonoramente la ceremonia
con sus voces y sus bellos cantos.
La
iglesia Conventual, aunque era Domingo por la tarde, se encontraba bastante
concurrida por fieles, que siguieron con emoción, alegría y un profundo
silencio religioso la ceremonia y sólo al final de la misma prorrumpió en un
atronador aplauso que fue intenso y prolongado
El
Ministro celebrante, en la homilía
manifestó con cálidas y emotivas palabras: el por qué del acto que
estábamos celebrando; les pidió a las jóvenes novicias que siempre se
esforzaran por hacer realidad las tres enseñanzas que nos ofrecían los textos
de la liturgia del día y de la Ceremonia; les animó a que siempre tuvieran muy
presentes en su vida el hábito del que
iban a ser revestidas y los libros que les iban a entregar y que eran, la Regla
y la Constituciones y la Liturgia da las Horas y que siempre vivieran en total
sintonía con los mismos; y, finalmente,
les manifestó su más sincera
enhorabuena por la valentía y profunda fe que ponía de manifiesta en el acto
que iban a dar, les animó a permanecer
fieles al paso que iban a dar y, por último, pidió a todos los asistentes que siempre las
tuvieran muy presente en sus oraciones para que el Señor siempre las protegiera
y, nuestra Madre la Virgen, las tutelara
Al
final de la solemne Eucaristía y de la Ceremonia, el celebrante principal,
todos los concelebrantes, las hermanas de la Comunidad y todos los asistentes,
dieron a las nuevas novicias el abrazo fraterno en un ambiente hondamente
religioso y profundamente emotivo, mientras se les entregaba un sencillo
recordatorio del acto.
Como
punto final a todo, en el jardín exterior del Monasterio, se sirvió a todos los
asistentes un sencillo y fraterno ágape franciscano, al que asistieron todos y
durante el cual por doquier se escuchaban elogiosos comentarios de lo que se
acababa de vivir y la firma promesa de que siempre rezarían por la
perseverancia de estas nuevas novicias. Como cronista, mi deseo es que el Señor
escuche y haga hermosa realidad estas promesas.
Fray
Bernardino Román
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