EMISIÓN DE LA PROFESIÓN TEMPORAL DE
LA RELIGIOSA DE TANZANIA, SOR CLARA INÉS RAYMONDI MBOYA, EN NUESTRO MONASTERIO
El día 17 de julio del presente año ha sido un día de un gran gozo y
alegría para nuestro Monasterio de la Ciudad de los Almirantes, ya que ese día,
a partir de las 18 horas, la novicia de Tanzania, Sor Clara Inés, emitió su
Profesión temporal en nuestra iglesia conventual. Presidió la Eucaristía el
Hermano Ángel Mª Fernández de Pinedo, Asistente Provincial de la Orden de la
Hermanas Pobres de Santa Clara y concelebraron con él: el religioso Fray
Bernardino Román, nuestro Confesor; el párroco actual de nuestra Parroquia, D.
Juan Carlos Fraile San Miguel; el párroco de Villalba de los Alcores, D.
Francisco Javier Castañón Castañón y seis religiosos sacerdotes más, que son
muy conocidos en nuestro Monasterio., además del Seminarista mayor que está con
nuestro Párroco. La iglesia ofrecía un aspecto verdaderamente maravilloso; un
buen número de feligreses nos acompañó durante la ceremonia; el coro de la
Comunidad nos deleitó con sus canciones preparadas con esmero y, en la parte
derecha del presbiterio, se encontraban: la Madre Abadesa, la Madre Vicaria y
la novicia, acompañada por su madrina Dª Carmen Fernández Abril. Para poder
seguir la ceremonia con tranquilidad se habían preparado un librito que se
repartió entre los sacerdotes concelebrantes y los feligreses asistentes a la
ceremonia.
El Padre Asistente Provincial de las Hermanas Pobres de Santa Clara,
pronunció una hermosa homilía, a su conclusión, formuló el interrogatorio a la
novicia y esta le respondió con presteza y luego, en un sillón colocado delante
del Altar mayor, se sentó la Madre abadesa y, delante de ella y de rodillas, se
situó la nueva profesa, con sus manos colocadas entre las de la Madre Abadesa,
que estaba acompañada por la Madre Vicaria y la Madrina y, estando en esa
posición y con voz muy clara y potente, leyó la fórmula de la Profesión, que
ella había escrito con su propia letra y, posteriormente, la firmó y dejó sobre
el altar. Finalizado este hermoso acto, el celebrante, pronunció la bendición
solemne o consagración de la nueva profesas y, después, tuvo lugar la entrega
de las insignias de la profesión a la nueva profesa y continuó la celebración de la Santa Misa.
El momento que se vivió con más intensidad, por parte de los asistentes
a esta hermosa ceremonia, fue: el del interrogatorio, la emisión de la
profesión temporal por parte de la novicia, la proclamación de la Bendición
Solemne y la imposición de las insignias a la nueva profesa. En los rostros de
todos los que presenciaban emocionado esta ceremonia se veían las lágrimas de
la emoción y que estaba inundando a rebosar sus corazones y, un profundo
silencio religioso, lo impregnaba todo. El ejemplo que estaba dando esta joven tanzana con la emisión de su
Profesión en plena juventud a todos les
había impactado. En el momento de la paz, todos los concelebrantes, pasaron a
dar la paz a la neoprofesa, a la Madre Abadesa , a la Vicaria y a la Madrina y
todas ellas recibieron la Comunión bajo las dos especies.
Al finalizar la Eucaristía, la neoprofesa, la Madre Abadesa, la Madre
Vicaria y la Madrina, se colocaron en la parte central de la iglesia y delante
del presbiterio, para recibir la
felicitación, el saludo y el abrazo de
la paz, por parte de todos los asistentes a este hermoso acto mientras, como
recordatorio, se les entregaba un recordatorio.
Terminado esta felicitación y saludo, todos los que habían asistido a
la solemne Eucaristía, se trasladaron al
patio exterior del Monasterio para participar en una ágape fraterno preparado
con amor y cariño por las Hermanas clarisas en mesas al caso; y, mientras lo
degustaban, los comentarios eran unánimes sobre la belleza del acto que
acababan de presenciar y la emoción que habían experimentado durante el mismo;
y todas se comprometieron a rezar por la nueva profesa para que el Señor
siempre la bendiga y la proteja y le conceda el don de la perseverancia en el
camino emprendido para Gloria de Dios, ejemplo de cuantos la contemplen y su
propia santificación. Yo, como cronista, me uno, también, a todos estos santos
deseos y peticiones que se escuchaban por doquier y pido, al mismo tiempo, que
el Señor conceda a este Monasterio de Hermanas Clarisas nuevas y santos
vocaciones para que ellas puedan continuar con la hermosa obra que están
llevando a cabo en la Ciudad de los Almirantes.
Para que puedan formase una cabal idea del acto religioso que acabo de
describir en esta crónica, adjunto unas fotografías del acto que espero
faciliten esta tarea.
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