JORNADA MUNDIAL A LA MUJER TRABAJADORA
El
día 8 de marzo se ha celebrado en todo el mundo, la “JORNADA
MUNDIAL DEDICADA A LA MUJER TRABAJADORA” y, con este motivo, en las
distintas ciudades y pueblos importantes de toda nuestra Patria, se han celebrado
múltiples y variadas exposiciones y
efemérides, para poder honrar y valorar dignamente y como se merece, a la mujer
trabajadora. En este aspecto y en nuestra noble y querida Ciudad de los
Almirantes, como no podía ser menos, se ha montado una bonita y simpática
exposición que, gracias a Dios, está siendo muy visitada y está mereciendo comentarios altamente elogiosos por parte de
cuantos han acudido a contemplarla.
En este campo de la MUJER TRABAJADORA, nuestro
Monasterio merece una mención especial ya que todos sus miembros, como dignas
hijas, tanto de nuestro seráfico Padre
San Francisco de Asís como de nuestra Madre Santa Clara, siempre se han distinguido,
fundamentalmente, por sus trabajos: en
la confección, planchado, reparación y
bordado de las túnicas que llevan los distintos cofrades en las procesiones de
nuestra gran Semana Santa; por la realización de bordados de todo tipo que continuamente nos
están encargando; por el lavado y planchado de
todo tipo de ropa; por la limpieza y aseo de su gran casa y de sus
iglesia y de las dependencias de la Casa del Peregrino y de su caja de acogida; y, también, por la confección de formas,
rosarios, pulseras y una variada muestra de recuerdos religiosos.
Esta fama de “MUJERES
TRABAJADORAS” es el nombre y distintivo con el que todos los hijos y
residentes de esta nuestra Ciudad de los Almirantes siempre designan y
denominan a todos y cada uno de los miembros de nuestra Comunidad de Religiosas
Clarisas. Y, en este aspecto, merecen una mención especial, que creo que es muy
justo y digno el que reseñemos aquí ahora, las religiosas clarisas: MADRE CONCEPCIÓN VEGA
MILLÁN, actual Abadesa, y MADRE AURORA DE JESÚS
RODRÍGUEZ PÉREZ, actual Vicaria, que desde Enero de 1955 y Diciembre de
1.966, es decir, desde hace 61 años y 50 años, respectivamente, se encuentran
viviendo, trabajando y siempre
edificando con su humilde y entregado ejemplo y testimonio a todos los hijos
de esta nuestra noble y querida Ciudad y
a cuantos se acercan para hablar con ellas..
La primera vino a nuestro Monasterio desde Libar (Málaga) y,
la segunda, desde Casares (Orense).y, desde entonces y eso que ya hace tanto
tiempo, siempre han vivido y permanecido entre nosotros edificándonos y
estimulándonos con su vida, con su ejemplo y con edificante testimonio.
Como muestra de la generosa entrega y ejemplar
testimonio que continuamente nos están dando estas dos religiosas, voy a
ofreceros en este escrito, por una parte, sus fotografías como religiosas y
como trabajadoras y, por otra, las
fotografías de otros miembros de nuestra comunidad realizando trabajos.
El cronista, Fray
Bernardino Román
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