lunes, 18 de agosto de 2014

INICIACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA DE LA JOVEN TANZANA INÉS MUSHI

INICIACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA DE LA JOVEN TANZANA INÉS MUSHI


        El día 2 de agosto, festividad de Ntra. Sra. de los Ángeles y gran día del Perdón de Asís, celebramos en la iglesia conventual de nuestro Monasterio de Medina de Rioseco, la Ciudad de los Almirantes, el INICIO A LA VIDA RELIGIOSA DE LA JOVEN TANZANA INÉS MUSHI, una vez que había concluido satisfactoriamente su postulantado en  nuestra Orden de Hijas Pobres de nuestra Madre Santa Clara.
            La iglesia conventual se encontraba muy bien preparada al caso  y bellamente adornada con ramos de flores y, en la parte derecha del  presbiterio, se habían colocado 4 asientos en donde se colocaron la Madre Abadesa y la Madre Vicaria, la joven que iba a iniciar su noviciado, vestida muy elegantemente y de seglar, no de novia, y su madrina, Dª Pilar Torquera Herrera. También se había confeccionado un cuadernillo con toda la ceremonia que se repartió sobre los distintos bancos de la iglesia conventual; y, el coro de la Comunidad, nos recreó con sus canciones a lo largo de toda la Eucaristía.
            A las 18 horas, con la iglesia bastante llena de fieles y simpatizantes de nuestro Monasterio, se inició la Solemne Eucaristía que fue presidida por el religioso Franciscano Conventual, Fray Bernardino Román Martín, nuestro Confesor y concelebrada por el párroco de la ciudad, D. Juan Carlos Fraile San Miguel y que contó con la presencia del Seminarista mayor que presta sus servicios en nuestra parroquia y va a ser ordenado de diacono  al finalizar el próximo mes de septiembre, Para celebrar esta Eucaristía, los concelebrantes, precedidos por la cruz, los ciriales, la postulante, su madrina y las madres Abadesa y Vicaria salieron desde el coro bajo de la Comunidad, donde se habían revestido y se dirigieron al Altar, mientras el coro de la Comunidad interpretaba una canción.
            Durante la homilía que pronunció el celebrante principal, este, después de darle la más sincera y sentida  enhorabuena por el hermoso paso que iba a dar a la Joven Inés, puso de manifiesto, con voz potente u clara, que para que esta pudiera llevar a feliz término  el paso que ahora estaba dando, debía poner en práctica estos tres comportamientos: 1º.- siempre buscar, por encima de todo, los bienes de arriba para así demostrar que había resucitado con Cristo; 2º,.eastar siempre escondida con Cristo en Dios y no dejarse arrastrar por los cantos de sirena de nuestra sociedad y nuestro mundo; y 3º.- tener siempre muy en cuenta que solo son perfectamente dichosos los que escuchan con prontitud la Palabra de Dios y se esfuerzan por hacerla realidad en su vida  Y para que lo pudiera lograr nuestro joven Tanzana, pidió que todos los asistentes  siempre la tuvieran muy presente en sus oraciones para que el Señor, Dador de todo bien, le concediera la gracia de la perseverancia.  Por último, también le indicó, muy breve y esquemáticamente,  el significado de los distintos elementos que le iban a entregar al final de la Eucaristía a la nueva novicia y que eran: el hábito, la Regla y las Constituciones, la Liturgia de las Horas y el Crucifijo y le animó a que siempre lo vistiera santamente,  las observara con fidelidad y entrega, las recitara con devoción  y recogimiento y, sobre todo, siempre tuviera sus ojos fijamente clavados en ese libro abierto que es el Crucifijo, para poder amarle con fidelidad y seguirle con  ilusión y alegría. Fue una bella y muy emotiva homilía que impactó a todos los que la escucharon
            Finalizada la Homilía continuó la Eucaristía en la que se administró la Eucaristía bajo las dos especies a la novicia, a su madrina y a la madre Abadesa y a la Vicaria y. al final de la misma.  La joven Inés, una vez despajada de sus vestiduras del mundo, se le impuso el santo hábito, se le entregaron la Regla  las Constituciones y la Liturgia de los Horas y se la dio el santo Crucifijo por parte de la Madre Abadesa en un ambiente de silencio y emoción contenida que inundaba a rebosar el corazón de todos los que presenciaban este momento y lo ponían de manifiesto en las lágrimas que  asomaban a sus ojos.
            Finalizado este acto, se dio la bendición a todos los fieles y estos besaron  la reliquia de san Francisco y dieron a la nueva novicia, el ósculo y el abrazo de la paz en medio de una emoción y alegría desbordantes.
            Una vez acabada la Eucaristía, todos los asistentes fueron invitados a participar en un refresco franciscano que se  sirvió en el patio exterior del Monasterio y que habían preparado, con delicadeza y esmero,  las religiosas de la Comunidad; y, durante el mismo, los comentarios eran unánimes sobre el gran impacto que les había producido la contemplación del acto al que acababan de asistir y sobre su firme promesa de tener siempre  muy presente en sus oraciones a la nueva Novicia para que el Señor le conceda la gracia de la perseverancia y así  esta pueda llevar a feliz término su vocación
            ¡Qué el Señor escuche estas plegarias para que nuestra joven Inés que, a partir de este momento, se llamará sor Beatriz, llegue a ser una buena y santa religiosa clarisa es lo que desea, desde lo más profundo de su corazón, este sencillo comentarista!
            Adjunto unas fotografías del acto para que podáis haceros una idea del mismo

                                   Fray Bernardino Román, Cronista

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