XXV
ANIVERSARIO DE LA PROFESIÓN RELIGIOSA DE
Sor Piedad
Dolores Cuadrado Aguado
El
Domingo, día 31 de agosto, las religiosas clarisas de nuestro Monasterio de
Medina de Rioseco, la Ciudad de los Almirantes, celebraron, con gran
solemnidad, una Eucaristía para conmemorar
las BODAS DE PLATA de la Profesión Religiosa de la Hn, Piedad Dolores
Cuadrado Aguado, miembro de esa Comunidad.

La Eucaristía fue presidida por el
Excelentísimo Cardenal, D. Carlos Amigo, Arzobispo emérito de Sevilla y
concelebraron con él: el Guardián de los Franciscanos Conventuales de
Valladolid, Fray Laurentino Gil y, el religioso de la misma Comunidad, Fray
Bernardino Román, confesor de la Comunidad de clarisas; el Hermano Manuel
Pombo, de los Franciscanos Menores; D. Acacio Turiño Morillo, presbítero
castrense, que regaló a la Comunidad de Clarisas, en esta ocasión, el cáliz,
las patenas y los copones, todos de
plata de ley, que se usaron en la ceremonia; D. José Luis Velasco Martínez,
Delegado de Patrimonio del Arzobispado; Fray Jesús Casas. Redentorista y el padre Eugenio Jesús Oterino Blanco y cinco
religiosos sacerdotes claretianos. Contando con la cooperación de una religiosa
Agustina, amiga de Sor Piedad, se confeccionó un hermoso cuadernillo en el que
se reseñó toda la Ceremonia, que previamente, se distribuyó por los distintos bancos y sillas
que llenaban la iglesia conventual.
La Coral de Medina de Rioseco interpretó la
partes de la misa y diversas canciones a lo largo de la misma y lo realizó con
mucha delicadeza y maestría, mereciendo la complacencia y los parabienes por
parte de todos los que asistieron. Y una gran multitud de fieles, presididos
por el Excelentísimo Señor Alcalde y componentes del Ayuntamiento y por
representantes de la Junta de Castilla Y León, abarrotaron por completo toda la
iglesia Conventual ocupando todos los asientos disponibles sin dejar ni un solo
hueco libre, de forma que ha sido el
día, de todos los que recuerdo, en que la iglesia Conventual ha estado más
ocupada y eso que, previendo la multitudinaria asistencia, además de emplear
todas las sillas disponibles del monasterio, también se habían traído de otros
lugares sillas vacías.
La contemplación de la gran multitud de fieles que
abarrotaba la iglesia en un ambiente de
un gran silencio religioso y de una profunda emoción, fue un espectáculo
digno de ser contemplado. La autoridades ocuparon los primeros bancos de la
derecha de la iglesia, según se mira desde el altar y el padre, los hermanos y
los familiares de Sor Piedad Dolores,
ocuparon los primeros bancos de la izquierda de la iglesia. El resto fue
íntegramente ocupado por fieles, amigos y conocidos de la que celebraba las
Bodas de Plata y de toda la Comunidad de Clarisas.
En la parte derecha del presbiterio
se habilitó un sitio que fue ocupado por sor Piedad Dolores Cuadrado, la Madre
Abadesa y los padrinos, dos hermanos de la que celebraba las Bodas de Plata; y
leyeron las distintas moniciones de la Eucaristía y las Epistolas: D. Antonio Barondo, familiar de sor Piedad,
que también cantó el Gradual, ella misma
y diversos familiares y amigos de quien estaba celebrando las Bodas de
Plata. El Seminarista mayor que ayuda al párroco de la Ciudad en el ejercicio
de su ministerio y que será ordenad de diácono el día 28 de septiembre, actuó de turiferario durante toda las ceremonia.
El Evangelio fue proclamado por Fray
Laurentino Gil y, a su conclusión, el excelentísimo Cardenal pronuncio una
bellísima y muy emotiva homilía que a todos entusiasmó y emocionó y la concluyó
pidiendo a Nuestra Señora de Cabo y a Nuestra Señora de Castilviejo, patronas
de Villafrechós y la Ciudad de los Almirantes, el que siempre tutelaran y
protegieran a la religiosa que estaba celebrando sus Bofas de Plata, Sor Piedad
Dolores y le ayudaran constantemente,
para que siempre pudiera vivir y se comportarse como digna y responsable
hija de nuestra Madre Santa Clara. Una vez finalizada su homilía, se inició el
momento más emotivo de la ceremonia, ya el Cardenal llamó a Sor Piedad para que se acercara al altar y
renovara sus votos religiosos, la roció con agua bendita y le entregó una vela encendida en el Cirio
Pascual y luego esta, con voz solemne y tranquila y en manos de la Madre
Abadesa, renovó sus votos religiosos. Fue un momento seguido con mucha emoción e
intensidad y en que las lagrimas afloraron por doquier en los rostros de los
asistentes. Luego se proclamó el Credo, se recitaron las preces de los fieles,
se efectuaron las ofrendas y se continuó la Eucaristía en la que, a Sor Piedad
y a la Madre Abadesa, se le repartió la Eucaristía bajo las dos especies. En
ese momento varios sacerdotes concelebrantes llevaron la Comunión al resto de
los miembros de la Comunidad en el coro bajo y la repartieron a los numerosos fieles que se acercaron a recibirla
y que fueron muchísimos
Una vez que se finalizó el reparto
de la Sagrado Comunión, Sor Piedad, desde el lugar de las lecturas, pronunció
unas emotivas palabras: de agradecimientos al Señor, por el don de su vocación
y su perseverancia; a su Padre y a sus familiares, por el amor y cariño que
siempre le habían manifestado; al resto de los miembros de su Comunidad por el afecto, delicadeza y amor con que siempre
la habían tratado en su vivencia comunitaria;, al Eminentísimo Cardenal, por
haberse dignado presidir esta ceremonia de sus Bodas de Plata; a todos los
sacerdotes y religiosos que habían concelebrado en la misma; a todos los
fieles y conocidos que habían
asistido a la misma; y, también, a todos los que les hubieran gustado asistir
pero, por diversas causas, no habían podido hacerlo. Fueron una palabras que se
escucharon en una ambiente de un profundo silencio religioso y mucha emoción y
que fueron coreadas por un estruendoso aplauso.
Después de la alocución quien
celebraba sus bodas de Plata, continuó la Eucaristía y, a su conclusión, el
Cardenal, acompañado por sor Piedad, la Madre Abadesa y por
todos los familiares de quien celebraba sus Bodas de Plata se sometieron para que les efectuaran una serie de fotografías;
y, una vez finalizada esta sesión fotográfica, nuevamente procesionalmente, el
Cardenal y los concelebrantes precedidos por la cruz, los ciriales, quien
celebrara las Bodas de Plata, la Madre Abadesa y sus padrinos regresaron al Coro Bajo.
Estando en el Coro Bajo, Sor Piedad, recibió las parabienes
y felicitaciones por parte de todos los asistentes a la Ceremonia y les entregó
a estos, una bella estampita como recuerdo de sus Bodas de P=lata de Profesión;
y, Finalizado este acto, todos los asistentes, pasaron al patio exterior del
Monasterio donde se les homenajeó con la participación en un sencillo ágape
franciscano.
Esta es la sucinta reseña del
hermoso y emotivo acto que acabamos de presenciar el día 31 de Agosto, a partir
de las 19 horas, en el Monasterios de la Hermanas Clarisas de Medina de Rioseco
y, las fotografías que adjunto, son un
tenue reflejo de cuanto os he manifestado en esta crónica.
Mi más sincera enhorabuena y felicitación a
Sor Piedad Dolores por la celebración de sus Bodas de Plata de Profesión y mi
deseo más hondo y sincero en estos momentos es que el Señor siempre le proteja
y le bendiga y que nuestros Seráficos Padres san Francisco y Santa Clara, le
concedan la gracia de la perseverancia para que siempre sepa vivir y comportarse
como su responsable hija.
Fray
Bernardino Román, Cronista
No hay comentarios:
Publicar un comentario