Todos tenemos una vocación y estamos en el mundo para algo y este algo está dentro del pla

En primer lugar, Dios nos llama a ser sus hijos. Es una constante invitación a vivir en la dinámica de la conversión, de modo que podamos vivir en comunión con Dios y en comunión con nuestros hermanos. Y es en esa comunión que Dios nos llama a cada uno a descubrir un proyecto personal que está inmerso en el Proyecto del Reino, en el que toda la humanidad tiene una misión y al que toda la humanidad ha de responder.
Para el creyente, la vocación específica se puede comprender como el

Dios siempre llama y pacientemente espera nuestra respuesta. El, en el respeto a la libertad que Él mismo nos ha dado, siempre espera nuestra respuesta libre y por eso, en el Evangelio, leemos estas palabras que dice Jesús a quien quiere ser su discípulo “¿Si quieres ser mi discípulo....".
La decisión a la llamada de Dios o vocación es siempre obra nuestra y Él,.acogiendo nuestra libre respuesta, es cuando nos regala una misión para que construyamos con ella nuestra felicidad y la de nuestros hermanos hermanos, es decir, para construir su Reino de verdad, de justicia y de amor..
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